SHAXO: Une decadence veloutée

«Creer cada vez más en la belleza imperfecta, en dejar que todo fluya y en despojarse de lo superfluo. Dejar que la naturaleza se cuele por cada rendija, por cada grieta sin nunca cortar sus alas. Mezclar lo delicado con lo robusto, la decadencia con el terciopelo, la solemnidad de un castillo con la frondosidad de un bosque salvaje, lo etéreo con lo tangible; y así poder encontrar ese maravilloso equilibrio, esa magia, esa armonía.»

Une decadence veloutée

Con esta declaración de intenciones es presentado uno de los últimos trabajos de Fresh & Wood: Une decadence veloutée. Este equipo ha sido encabezado por Silvia, la joven soñadora que afirma que Fresh & Wood es una extensión de su propio ser y que confiesa que es «de tinta y papel, fan de la luz del sol del verano y de ver llover desde su ventana, de la buganvilla, y una fiel enamorada de la madera y de las nuevas texturas.»

Esta sesión, como bien nos indica su nombre, se inspira en la decadencia y busca lograr el equilibrio perfecto entre lo abandonado y todo aquello transformado por el paso del tiempo con la delicadeza que brindan los materiales utilizado. Entre ellos podemos encontrar las flores secas con las que se creó el ramo de la novia gracias a Alblanc, una pieza que logra destacar ese ambiente decadente que se apodera de todo, en contraposición con la dulzura del terciopelo, la seda o el encaje que se apodera de todas las telas y danza libre con el viento.

El paso del otoño se puede apreciar con claridad en las imágenes de Yeray Cruz, un fotógrafo apasionado que se enorgullece de poder decir bien alto que su talento no es innato, sino que ha costado tiempo y esfuerzo, pero gracias a eso ahora puede hacer diariamente lo que le apasiona.

Jugando con luces y contrastes, Yeray sabe utilizar el frío y cálido ambiente otoñal para exacerbar esa atmósfera decadente y romántica que es tan protagonista en Une decadence veloutée, tanto como la propia pareja de enamorados a la que vemos disfrutar de su mutua compañía en el Castell de Caramany.

Situado en el corazón del Empordà y a tan solo veinte minutos de la costa se erige este castillo que data del siglo XV y que, con los vestigios del pasado que se conservan entre sus muros, ha encajado a la perfección con la atmósfera que se buscaba conseguir en esta sesión.