SHAXO: noviembre 2017

Miss Little Things es muy famosa por la importancia que le da a las historias personales de cada persona a la hora de crear eventos. «Cada pareja ha vivido momentos únicos y así es como debe ser el día de su boda, como ellos, como su historia. Es por eso por lo que siempre les pedimos que nos cuenten todo sobre ellos mismos para poder crear un diseño completamente único para ellos. Hay que celebrar cada historia de amor y hay que hacerlo como cada una de ellas se merece.» Con las fiestas navideñas a flor de piel y tan sólo un día después a la festividad de Reyes, se celebró una boda que traspasó más que fronteras y que vengo a compartir contigo en este día de otoño.

A winter love wedding

A una escasa media hora de la ciudad de Barcelona se encuentra Bell Recó, una finca con un jardín de más de 5.000 metros cuadrados en cuyo centro descansa ese impresionante edificio que data de principios del siglo XIX y que necesitó de más de una década para su construcción. Los estanques, la naturaleza que da vida a sus jardines, los grandes salones y la amplitud del cielo que cubre la finca con su manto de estrellas en cuanto brilla la luna, forman un conjunto de maravillas que enamoraron a todos los asistentes de la boda.

La ceremonia se ofició tanto en ruso, el idioma principal de la familia de la novia, como en catalán, la lengua materna del novio, y a pesar de ello el tiempo pareció esfumarse para pasar directamente al momento del banquete y a los pequeños rincones culinarios que se podían encontrar en el exterior, entre los que sin duda destacaron el buffet de jamón ibérico, el de mariscos y el de arroces.

Se trataba de una boda invernal, elegante y llena de esa magia que caracteriza a los cuentos de invierno, pero eso no impidió que los invitados disfrutaran de un festín al aire libre. El aperitivo, amenizado por un pianobar, se realizó en uno de los jardines, mientras que en el interior de los salones esperaban delicadas mesas repletas de tonos dorados y beige, así como del marrón y el verde de las piñas, el musgo y pequeños árboles iluminados que recibieron a la feliz pareja.

Eso sí, para poder entrar en la sala los invitados debían hinchar un globo que contenía un mensaje y sus mejores deseos para los recién casados. ¡Así da gusto empezar el año! Te dejo disfrutar de las imágenes de Diez & Bordons. Nos vemos en la próxima.

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Hoy vengo con una de esas sesiones que lo que buscan es romper barreras, deshacerse de las cadenas que nos limitan y de los temas tabú, de los tópicos impuestos y de los roles preestablecidos, para dar paso a los sentimientos, a la verdad y a lo que realmente importa.

Siwa, una historia de amor única

«Siwa es un oasis de ensueño que se encuentra en Egipto, situado muy cerca de la frontera con Libia, y que posee tanto una historia como un paisaje único. Pocos son los que se atreven a adentrarse en un desierto, y son todavía menos los que logran encontrar ese oasis escondido entre montañas de arena. Así es también el amor: tan solo los valientes se atreven a adentrarse, a encontrar y a entregarse a lo que despierta su alma. Siwa es el oasis de tu mirada; el elixir de mi alma.»

Estas son las palabras que utiliza el gran equipo que ha originado esta sesión para expresar dónde ha nacido el objeto de su inspiración, en ese desierto de Egipto del que se han extraído tanto los colores y los elementos de la sesión como la historia de Katia y Julia.

Los cálidos tonos de la arena, del maquillaje de la pareja y de sus estilismos y tocados unen su calor y su fuerza para crear contraste con los azules del agua y los verdes que podemos apreciar tanto en el interior de la barca sobre la que descansan Katia y Julia, como en la red que simboliza las jaulas que las aprisionaban y que ya no tienen ningún tipo de poder sobre ellas. Los tonos y las texturas buscan evocar a ese oasis inspirador, pero los detalles metálicos buscan aportar un toque de modernidad que nos transporte a la actualidad, al ahora que nos envuelve.

En la zona de la baja mesa de cristal se incorporaron tonos aguamarina, plata y transparentes como un guiño al agua cristalina y refrescante de los oasis, algo que combinó a la perfección con la espumosa orilla que se puede apreciar en el fondo y que permitió que se pudiera apreciar la calidad de la arena de la playa y el desierto. La decoración floral buscaba romper con la estructura de color y darle vida al conjunto con sus brillantes tonos verdes y lilas, al igual que la zona del Candy bar. Este espacio, que tuvo como base la propia arena, no necesitó de más decoración que las dulces y brillantes delicias preparadas para la ocasión siguiendo los colores de la gama cromática elegida. ¿No tienes ganas de devorarlos? ¡Porque yo sí!